Desde mediados del año de 2008, la Entidad CASTRVM patrimonio histórico, bajo la dirección de quien suscribe, José Martínez Peñarroya, realiza intervención arqueológica en la Finca La Granjilla (El Escorial, Madrid). Dicha finca, que perteneció al patrimonio real, en la actualidad es de titularidad privada y tiene sus orígenes en las diversas propiedades que el rey Felipe II adquiere en el Escorial al inicio de la construcción del Monasterio. Así un conjunto de propiedades rústicas pasan a ser patrimonio de la Corona, remodelándose una casa para residencia real mientras duró la construcción del Monasterio, así como posteriormente se construye un pequeño convento “La Granjilla” que será lugar de recreo de los monjes de la orden Jerónima, establecida en la el monasterio escurialense.
El proyecto de intervención arqueológica redactado y aprobado por la Dirección General de Patrimonio Histórico de la Comunidad de Madrid, se circunscribía a los edificios que actualmente constituyen el núcleo habitado de la finca y que como hemos comentado anteriormente queda constituido por la casa principal o Casa del Rey, hoy día casa principal del conjunto y el antiguo convento, o Casa de Frailes, que acoge diversas dependencias en su parte alta y otros espacios carentes de uso en la planta baja. En esta línea los trabajos desarrollados en la Casa del Rey, durante el verano de 2008, consistieron en la lectura estratigráfica de paramentos además de la realización de sondeos arqueológicos en el exterior de la misma. Posteriormente y durante el proceso de remodelación de la estructura se realizó control arqueológico en el que se constató la existencia de elementos originales (sobre todo en los paramentos) que se conservaron durante el proceso de obra.
En el verano de 2009 se acometió la fase del proyecto de intervención arqueológica en la Casa de Frailes, que además de la lectura de los paramentos originales conservados, especialmente en la planta baja, consistió en la excavación arqueológica de parte del exterior, en especial de sus fachadas este y norte, que se correspondían con un lateral del edificio, así como de la fachada opuesta a la Casa del Rey y que se supone el ingreso primitivo al edificio. En este sector la excavación no pudo tener resultados más positivos, pues se documentaron los sistemas de acceso (estructura de los viarios originales) así como una estancia anexa a la fachada este que permanecía como estancia auxiliar de la finca. Este lugar presentaba un gran arco enjarjado con la fachada, relleno de sedimentos y con abundantes restos cerámicos contemporáneos. Una vez realizada la excavación de esta estancia (que permanecía sin cubierta) pudo descubrirse la presencia de un suelo original de grandes losas, descubriéndose dos puertas cegadas que comunicaban una de las crujías de edificio original (posiblemente cocinas) con la estancia mencionada y el exterior del conjunto. Este área exterior fue también excavada con método arqueológico, liberándola de los sedimentos que la cubrían y que consistían en una extraordinaria cantidad de fragmentos cerámicos de loza blanca (con el escudo de la orden jerónima en muchas ocasiones) y que seguramente constituyen las deposiciones efectuadas en el último periodo de existencia del conjunto monacal (primer tercio del siglo XIX). Como decimos el conjunto cerámico es especialmente relevante (aproximadamente un metro cúbico de fragmentos) con tipos cerámicos de cocina y servicio del convento.
En la actualidad se está redactando la memoria arqueológica de la intervención realizada, que incluirá también el estudio de los materiales arqueológicos recuperados, así como el conjunto de las lecturas de paramentos y las interpretaciones realizadas sobre las fábricas originales identificadas y unas hipótesis de trabajo sobre el destino de algunas de las estancias y crujías conservadas en los dos edificios originales.
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