martes, 20 de julio de 2010

Intervención arqueológica en el proyecto de remodelación del Canal de Estremera (Madrid)

Desde inicios del presente año 2010 se desarrolla el proyecto de remodelación del Canal de Estremera, situado en la margen derecha del río Tajo, entre sus extremos de Almoguera (Guadalajara) y Villarrubia de Santiago (Toledo). En la Comunidad de Madrid discurre por los términos de Estremera, Fuentidueña de Tajo, Villarejo de Salvanés y Villamanrique de Tajo y en la actualidad se acomete la implantación de una red de riego mediante tuberías subterráneas que serán alimentadas por varias tomas de captación situada en el propio cauce del río. El antiguo canal de hormigón, con perfil en “uve”, distribuía el agua mediante caceras sustentadas sobre pilares de cemento y aún conserva una vía de servicio entre la presa situada en la cabecera y su final, situado una treintena de kilómetros aguas abajo.

En la fase de redacción de proyecto se realizó una prospección arqueológica sobre toda la superficie que será regada por la nueva infraestructura, en torno a las tres mil hectáreas, detectándose varios yacimientos arqueológicos en el área afectada, por la presencia de fragmentos cerámicos y líticos en superficie. Una vez contratada CASTRVM patrimonio histórico para la asistencia técnica en materia arqueológica durante la fase de ejecución de obra, hemos acometido las labores que se prescribían en diferentes resoluciones emanadas de las direcciones generales de patrimonio de las comunidades de Madrid y de Castilla – La Mancha, como consecuencia de la fase de prospección anteriormente citada. Por ello se han realizado sondeos arqueológicos manuales en los lugares identificados como yacimientos y situados en las provincias de Guadalajara y Toledo, resultando positivos en “Los Guillares” y en “Esteva”, ambos localizados en el término de Almoguera.

El lugar conocido como Esteva se halla muy cerca del límite con el madrileño término de Estremera y se sitúa, como todo el proyecto en la margen derecha de río Tajo. En una planicie que desciende suavemente hacia el curso fluvial, hemos identificado la presencia de fragmentos cerámicos fechados en el final del I milenio a.C., así como otros de clara técnica prehistórica, muchos de los cuales aparecen en el interior de hoyos de planta circular excavados en las arenas arcillosas y que a modo de silos amortizados se extienden en el área sondeada. Por tanto podemos encontrarnos ante un lugar que ha recibido ocupaciones estacionales en época prehistórica (II milenio a.C.) por parte de grupos de economía agropastoril y que se han asentado mediante estructuras arquitectónicas efímeras (cabañas de materia vegetal) que posiblemente no hallan dejado huella, excepto las mencionadas estructuras de almacenamiento amortizadas.

Los Guillares se sitúan también en una planicie, muy cerca del curso fluvial y flanqueada al oeste por una serie de elevaciones calizas y yesíferas, que definen una superficie de varias hectáreas. La afección de la infraestructura se circunscribe a su extremo este, paralela al camino de servicio del canal, que junto al antiguo cauce de hormigón, discurre por este límite. En los sondeos arqueológicos manuales realizados hemos detectado la presencia de fragmentos cerámicos de clara cronología hispanorromana, tanto de cerámica común, como de la denominada “Terra Sigillata” o cerámicas realizadas a molde, generalmente firmadas por los talleres que las producían y recubiertas de un característico engobe de color rojizo. Estas producciones de cerámicas de mesa se sitúan cronológicamente a partir del siglo I d.C., por lo que posiblemente el asentamiento que nos ocupa pueda fecharse (aún no se ha realizado el estudio de gabinete de los fragmentos recuperados) a partir del siglo II d.C., momento de eclosión de las explotaciones agropecuarias rurales en la ya pacificada Hispania. En el tiempo de redactar estas líneas estamos acometiendo una fase de intervención sobre el yacimiento consistente en la retirada de la tierra vegetal para comprobar la existencia de estructuras arquitectónicas subyacentes, que por el momento se muestran esquivas a manifestarse. Es muy posible que en el lugar que nos encontramos sea la “pars rustica” o área de la posible villa destinada a las labores agropecuarias, donde hallan convivido ganado y almacenamiento de productos agrícolas, que en la mayoría de las ocasiones no deja más que sedimentos de color oscuro, mezclado con restos cerámicos procedentes seguramente de los desechos domésticos de las áreas de habitación.

En el tramo que discurre por la Comunidad de Madrid hemos realizado la delimitación de los yacimientos arqueológicos detectados en la mencionada fase de prospección arqueológica y el balizamiento de los mismos, mediante varillas metálicas y cinta de plástico, señalando los lugares donde se implantará la infraestructura de riego y que presenta indicios evidentes de ocupaciones humanas anteriores a la actualidad. Destacamos la existencia de varios yacimientos con material lítico en superficie, otro de cronología prehistórica (posiblemente también como Esteva fechado en el II milenio a.C.) así como otros de la segunda mitad del I milenio a.C. (Edad del Hierro) e hispanorromanos, en este caso situado en el término de Fuentidueña de Tajo y que posiblemente constituya los restos de un establecimiento parecido al descrito “Los Guillares”. Una vez aceptadas las propuestas de trabajo específicas para cada yacimiento, acometeremos la fase de intervención arqueológica en todos los lugares afectados.

No nos queda más que agradecer a la entidad promotora – Aguas del Tajo -, su asistencia técnica – Cingral -, así como la empresa adjudicataria (Ute Canal de Estremera, que aúna a Befesa Agua y Acsa) las facilidades que hasta el momento nos han prestado para el desarrollo de nuestras labores. Destacamos en este sentido a los respectivos responsables de proyecto de cada una de las tres empresas y a los técnicos presentes en obra, que con su atención hacia nuestro trabajo, contribuyen al conocimiento del pasado remoto y reciente de los grupos humanos que habitaron las orillas de uno de los cursos fluviales que vertebra la Península Ibérica.

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