Síntesis de la actuación arqueológica realizada en la Plaza de España y su entorno de San Fernando de Henares (2008-2010).

Muchas son las ciudades de España que tienen orígenes remotos. Quizás los casos extremos por el momento sean Ronda y Lorca, ciudades de un tamaño considerable y que atestiguan por hallazgos del subsuselo poblamiento continuado durante al menos cuatro milenios. Otros casos, Cádiz, Cartagena, Tarragona, Córdoba, Mérida, sobrepasan los dos milenios, rozando los tres en las dos primeras citadas... Pero en un país de dilatada historia como el nuestro, confín del Occidente Antiguo, no son tan frecuentes las urbes de nueva fundación. Si a ello unimos que el trazado de la ciudad no cuenta más de 250 años y se debe a las trazas de los arquitectos reales, solamente podemos enumerar como similares Aranjuez, El Pardo y La Granja. Estos Reales Sitios fueron concebidos para celebrar las “Jornadas”  o periodos de tiempo en que se producía el asentamiento de los Soberanos y la Corte, en un lejano recuerdo de la corte itinerante de época medieval y moderna.

San Fernando de Henares, situado muy cerca de la confluencia del río que le da nombre y el Jarama, tuvo un origen similar, aunque no fue lugar de Jornadas, sino que nació como establecimiento de una de las fábricas reales que la monarquía borbónica de mediados del siglo XVIII fomentó para intentar el desarrollo de una nación atrasada y que había vivido de las rentas durante más de dos siglos.  La Fábrica de Paños nació como una industria en parte auxiliar de la existente en Guadalajara y que aspiraba a competir con las manufacturas que ya se elaboraban en Europa. Se construyó un edificio de planta cuadrada con fachadas a cuatro calles. En la principal se abrió una gran plaza, rodeada de dos edificios de viviendas para habitación de los técnicos y artesanos principales de la real fábrica. El proyecto industrial no alcanzó ni al fin del propio siglo XVIII, dilatándose el edificio todo el XIX con diversos usos que al final no fueron suficientes para evitar la ruina del complejo ya en el siglo XX. Hace unos años se recuperó parte de la fachada de la primitiva fábrica integrándola en el nuevo edificio consistorial y con motivo de la construcción de una estación del ferrocarril metropolitano se realizó la excavación arqueológica de los escasos restos estructurales que se han conservado en una nueva plaza situada tras el Ayuntamiento.

Los dos edificios de viviendas si se habían mantenido durante estos dos siglos y medio, aunque con diferente fortuna. Algunos habían sido remodelados íntegramente, reforzando la estructura original compuesta por una crujía de muros de carga y cubiertas sustentadas por vigas de madera. Dos de las viviendas fueron transformadas hace una década en biblioteca municipal por el mismo equipo que ha dirigido la presente rehabilitación. En los patios traseros originales se habían construido dos edificios de viviendas a lo largo de la segunda mitad del siglo XX, además de otras estructuras menores, como garajes y cobertizos. Con anterioridad, a finales del siglo XIX se construyó un granero de dos alturas y patio central adosado a una de las casas. Posteriormente y en la calle trasera a la plaza de España, hoy llamada de la Constitución, se derribó un edificio original que fue emplazamiento de una tahona. En el proyecto de remodelación de la U.E. Plaza de España se ha construido un aparcamiento subterráneo bajo toda la superficie entre los dos edificios de viviendas, además de dos manzanas de viviendas en la superficie trasera de las viviendas originales. La Actuación urbanística se ha completado con la rehabilitación completa de los edificios del siglo XVIII así como la reconstrucción del granero que estaba en proceso de ruina inminente.

A efectos administrativos y de coordinación de las labores de actuación arqueológica, el proyecto conjunto de patrimonio histórico se ha divido en la realización de sondeos arqueológicos y control de movimiento de tierras, tanto en la Plaza, como en la superficie trasera a las viviendas originales. Además se ha realizado un detallado estudio de Arqueología de la Arquitectura en el granero original, antes de declararse su ruina, así como en el conjunto de las casas originales, con especial incidencia en las menos alteradas durante el transcurso de los años. La cota interior de las casas ha sido rebajada, por lo que también hemos realizado En el interior de las casas completamos nuestras labores con la excavación de sondeos arqueológicos, que dieron un resultado negativo, así como el control de movimiento de tierras en la construcción de los nuevos sótanos. Un pequeño, aunque significativo conjunto de materiales arqueológicos de los siglos XVIII – XX, ha sido recuperado del conjunto de nuestras actuaciones. En el interior de la plaza se han documentado dos canalizaciones de agua – fechadas en el siglo XVIII - una de las cuales alimentaba una fuente que se hallaba en el centro del espacio urbano y que ha sido reintegrada a su posición original. Lo resultados de la Arqueología de la Arquitectura no han podido ser más novedosos y gratificantes para nosotros, pues hemos podido documentar todo el conjunto de viviendas, en especial las mejor conservadas, desde los aleros, buhardillas y cubiertas, hasta la cimentación, además de los forjados, tabiques, alcobas e incluso carpinterías originales en algunos casos.

En suma actuaciones arqueológicas como la presente reafirman la necesidad de conocer nuestro pasado, aunque este sea el más reciente, y en especial en lugares como el que no ocupa, que por una serie de circunstancias que no hacen al caso, habían tenido una evolución urbanística en la segunda mitad del siglo XX, digamos como poco “complicada”. La plaza de España se halla completamente remodelada y ahora con la nueva plaza levantada sobre el emplazamiento de la anterior Fábrica de Paños, constituyen un espacio urbano  poco habitual en el entorno, demostrando una vez más que los arquitectos del siglo XVIII no andaban muy desencaminados cuando se sentaban en sus tableros de dibujo.