lunes, 24 de mayo de 2010

Síntesis de la intervención arqueológica realizada en el patio segundo del Cementerio de Guadalajara



En la primera mitad del mes de mayo hemos realizado una intervención arqueológica en el patio segundo del Cementerio de Guadalajara. Esta intervención ha sido promovida por el Excmo. Ayuntamiento de la ciudad y han confirmado algunas noticias y hallazgos antecedentes realizados en este lugar hace muchos años. Tras nuestras labores se ha confirmado la existencia de una necrópolis de inhumación, que al juzgar por el hallazgo de una moneda de cobre en una de las estructuras funerarias, podría fecharse entre finales del siglo XIII e inicios del XIV, siendo por tanto indicio de la inédita necrópolis mudejar de la Guadalajara bajomedieval. Agradecemos a D. Ildefonso Ramírez y a D. Miguel Ángel Cuadrado la lectura de la moneda y su atribución de fecha.

La intervención se ha planteado sobre el patio segundo, llamado Virgen de la Soledad, con la excavación de dos zanjas, una en forma de “L” con su brazo menor de seis metros y medio de longitud y el mayor de trece. La segunda de las zanjas excavadas tiene una longitud de diez metros, siendo su anchura de dos, idéntica a la expuesta en primer lugar. Estas zanjas han sido excavadas mediante medios mecánicos hasta una profundidad de dos metros, para continuar la excavación manual a partir de esa cota. 
En el área sondeada, de casi sesenta metros cuadrados, han aparecido indicios de una veintena de estructuras funerarias, consistentes en fosas excavadas directamente en el estrato natural de arcillas, orientadas prácticamente en sentido norte - sur (los pies de las fosas se orientan ligeramente al noreste) y con la presencia de individuos inhumados en decúbito supino, aunque con la cabeza vuelta hacia el este, es decir sobre la mejilla derecha. La conservación de los restos óseos es bastante deficiente, quedando en la mayoría de las ocasiones las extremidades superiores e inferiores, además de fragmentos de cráneo y esporádicamente costillas, manos y pies. Cinco de las fosas aparecen con su planta completa, mientras el resto hasta la veintena se hallan bajo los perfiles que quedan tras la retirada de las tierras que albergaban las sepulturas contemporáneas. 
Además de la citada moneda, en el interior de las fosas han sido recuperados escasos fragmentos de cerámica medieval, en su mayoría posiblemente de cronología hispanomusulmana, así como u anillo de bronce que tenía uno de los inhumados en su mano derecha. Por tanto esta necrópolis supone el primer indicio de un cementerio bajomedieval en la ciudad de Guadalalara y viene a unirse a otras de similar cronología, como la aparecida en la Vega Baja de la ciudad de Toledo.

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