viernes, 7 de mayo de 2010

Necrópolis medieval inédita en la ciudad de Guadalajara


Desde inicios del presente mes de mayo se desarrolla una intervención arqueológica en el Cementerio de la ciudad de Guadalajara, promovida por el Excmo. Ayuntamiento de la ciudad. En el patio segundo, también llamado de la Soledad, y en dos espacios rectangulares de unos ciento cincuenta metros cuadrados cada uno, se han trazado dos unidades de sondeo arqueológico. En el espacio situado al norte se ha excavado una zanja de dos metros de anchura en forma de “L” con un su brazo más corto situado en el extremo norte y el más largo junto al extremo este. Esta zanja tiene un desarrollo de casi veinte metros de longitud y para su apertura se ha utilizado una retroexcavadora de pequeño tamaño, propulsada sobre cadenas de goma y cazo de filo liso, con el que se ha retirado un espesor de unos dos metros de tierra que habían contenido anteriormente sepulturas contemporáneas de carácter temporal, de las que se habían retirado previamente los restos, quedando las huellas de las tres filas de inhumaciones en cada sepulcro. En el otro sector situado al sur se trazó una zanja de doce metros de longitud e igual anchura y profundidad de la anteriormente reseñada. Para evitar la acumulación de tierras hemos contado con el concurso de un “dumper” que durante seis jornadas ha retirado un total de unos 125 metros cúbicos de tierra que han sido depositados en un área facilitado al efecto por los responsables del camposanto.


Una vez llegado al nivel natural, compuesto por arcillas compactas, pudimos observar la presencia de unas manchas alargadas de color oscuro y orientadas diagonalmente respecto a los ejes de las unidades de sondeo arqueológico, que a su vez eran paralelas al trazado general del viario del cementerio. Una vez fotografiadas y ubicadas en un plano a escala 1:20 han sido excavadas, comprobándose la presencia de al menos 16 unidades funerarias, es decir sepulcros con presencia de restos humanos. No todas estas unidades se hallan completas, sino que la mayoría se halla integrada bajo los perfiles que han quedado tras la retirada de la tierras de las sepulturas temporales. No obstante los restos óseos, en general mal conservados, evidencian la inhumación de los individuos con orientación sur - norte casi perfecta y la cabeza recostada sobre su lado derecho, de forma que el rostro quedaba mirando al este. También se observa flexión en las piernas y brazos cruzados sobre el vientre, lo que nos hace pensar en una necrópolis medieval, posiblemente hispanomusulmana. No obstante la distinta orientación de alguno de los inhumados, así como la rotura de algunos de los sepulcros para depositar aquellos cuerpos, plantea la hipótesis de otra necrópolis superpuesta puntualmente a la primera y con población de otro grupo social, cual pudiera ser el sefardí ya que nos encontramos en el solar del primitivo “Castil de los Judíos” o primigenia judería de la ciudad.
Esta necrópolis, situada bajo el cementerio actual que tiene su origen a mediados del siglo XIX, constituye la primera documentación “in situ” de los cementerios que debieron existir en la Guadalajara medieval y de los que se tenían algunas noticias, aunque nunca se había hallado testimonio arqueológico. Precisamente muy cerca del lugar de nuestra intervención se halla el sepulcro de D. Miguel Mayoral, escritor y alcalde de la ciudad que falleció en 1901 y a cuya pluma debemos algunos de los indicios de estas necrópolis medievales. La intervención arqueológica ha sido encargada por el Excmo. Ayuntamiento de Guadalajara a la firma CASTRVM patrimonio histórico S.L. y está dirigida por la arqueóloga Consuelo Vara Izquierdo, participando José Martínez Peñarroya en las tareas de documentación del registro arqueológico.

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